Con la llegada de la primavera es muy común ver la Ciudad matizada de un tono lila, esto es gracias a las Jacarandas, pero ¿Cómo llegaron a México?

Esto se lo debemos a un migrante japonés Tatsugoro Matsumoto, un jardinero imperial en Tokio, que estudió el antiguo arte de la jardinería japonesa.

Cuando visitó nuestro país le gusto tanto que decidió que quería vivir aquí.

 

Llegó a la colonia Roma donde gracias a su increíble trabajo comenzó a crearse fama, tanta que llegó a los oídos del presidente Porfirio Díaz, quien le pediría que se hiciera cargo tanto de los arreglos florales de la residencia presidencial, instalada en el Castillo de Chapultepec, como del mismo bosque que rodeaba el enorme castillo.

Tiempo después, al estabilizarse la situación política después del enfrentamiento armado, los Matsumoto recomendaron al presidente Álvaro Obregón (1920-1924) plantar en las principales avenidas de la ciudad de México árboles de jacaranda que Tatsugoro había introducido desde Brasil y había reproducido con éxito en sus viveros.

Gracias a las condiciones climatológicas eran las adecuadas para que al inicio de la primavera el árbol floreciera y duraría más, ya que durante estos meses no hay lluvia.

El árbol de jacaranda se reprodujo ampliamente en la Ciudad de México, al grado de considerarse flor nativa.

Matsumoto jamás regresó a Japón, se quedó en la Ciudad de México hasta 1955, el año que murió a los 94 años.

 

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