Originalmente llamada “La Calavera Garbancera”, ​ es una figura creada por José Guadalupe Posada y bautizada por el muralista Diego Rivera, la versión original es un grabado en metal.

La palabra catrín definía a un hombre elegante y bien vestido, acompañado de alguna dama con las mismas características; este estilo fue una imagen clásica de la aristocracia mexicana de fines del siglo XIX y principios del XX.

 

Diego Rivera fue quien le dio su atuendo característico, con su estola de plumas, al plasmarla en su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, donde la calavera aparece con su creador, José Guadalupe Posada y una versión infantil de Rivera y con Frida Kahlo.

El mural fue pintado al fresco en 1947, mide 4,7 x 15,6 m y tiene un peso de 35 t, incluyendo una estructura metálica que lo refuerza. Originalmente fue realizado por Rivera para un hotel muy importante en el Centro Histórico de la ciudad de México, el Hotel del Prado (destruido en los sismos de 1985) y ahora ubicado en el Museo Mural Diego Rivera, creado especialmente para preservar el mural, considerado uno de los más conocidos visualmente de la fructífera etapa del muralismo mexicano.

 

Hoy en día, la catrina, siendo una invención popular, se ha vuelto un artefacto popular y ha salido de los límites del lienzo o el grabado para ser parte de la cultura viva mexicana, de sus usos y costumbres. Se ha vuelto artesanía que resalta la riqueza formal y espiritual del país.

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