La edad juega un papel importante en la decisión de qué y cuánto se debe informar a un niño sobre un diagnóstico de cáncer. La guía fundamental consiste en decir la verdad de una forma en la que los niños puedan comprender y prepararse ellos mismos para los cambios que sucederán en la familia.
Los niños pequeños hasta los 8 años no necesitan mucha información detallada.
Los niños mayores entre 8 – 12 años y los adolescentes necesitan saber más.
Busque un momento tranquilo en el que no habrá interrupciones. Asegúrese de que tener el tiempo de responder a las preguntas y planifique cómo manejar las interrupciones antes de iniciar.
Los hijos necesitan la siguiente información:
- El nombre del cáncer, como cáncer de seno o linfoma.
- Cómo será el tratamiento.
- Los cambios que habrá en sus propias vidas.
- Explícale que nadie fue responsable de que el padre o madre tenga cáncer (no es culpa del niño).
- Uno no puede contagiarse de esta enfermedad como si fuera una gripe; que no pasa nada al dar un beso y un abrazo a la persona con cáncer.
- La familia participará en equipo para lidiar con la enfermedad y su tratamiento.
- Incluso cuando el padre con la enfermedad no pueda pasar tanto tiempo con ellos, los hijos seguirán siendo queridos y atendidos durante el transcurso de la enfermedad.