Han pasado 30 años desde que Shakira Isabel Mebarak Ripoll decidió desafiar todas las convenciones de la industria musical con un álbum que llevaría su nombre a todo el mundo. ‘Pies Descalzos’, lanzado en 1995, no fue simplemente un disco más en la discografía de la colombiana; fue el manifiesto de una artista que se negó a ser moldeada por las reglas del negocio y apostó por su autenticidad.
En una época donde el pop latino aún buscaba su identidad global, esta joven de Barranquilla de apenas 18 años entregó once canciones que fusionaban pop-rock con ritmos latinos, letras profundas con melodías pegajosas, rebeldía con poesía.
El álbum nació de una batalla creativa. Después de dos producciones anteriores que no lograron conectar con el público, la artista exigió a Sony Music algo que pocas mujeres de su edad se atrevían a pedir en los noventa: control absoluto sobre su música. Y ganó. Con esa libertad, escribió cada una de las once pistas que conforman ‘Pies Descalzos’.
“Pies descalzos viene de mi necesidad de expresar un cierto inconformismo que tengo hacia las normas, todas las normas, hacia todas las convenciones sociales”, declaró en 1996, apenas un año después del lanzamiento.
El legado de Shakira sigue vigente tras más de 30 años
Tres décadas después, el disco ostenta una certificación de siete veces diamante por ventas físicas y dos veces platino por reproducciones digitales. Con más de 4.3 millones de copias vendidas en todo el mundo, ‘Pies Descalzos’ es el tercer álbum más exitoso de su trayectoria.
Hoy, en 2025, Shakira continúa demostrando su vigencia. Su más reciente producción, ‘Las mujeres ya no lloran’, marcó su regreso triunfal tras un periodo mediático intenso derivado de su separación del exfutbolista Gerard Piqué. Esta gira ha demostrado que el talento de Shakira sigue intacto, y que su capacidad para reinventarse la mantiene como una de las artistas favoritas para distintas generaciones.
‘Pies Descalzos’ no fue solo el inicio de una carrera legendaria; fue la prueba de que la autenticidad siempre encuentra su público, y de que atreverse a romper las reglas puede ser el primer paso hacia la inmortalidad artística. Tres décadas después, Shakira sigue descalza, libre y más relevante que nunca.